Con este dicho popular, quiero reflejar de una manera muy expresiva, el poder que tenía el Santo oficio sobre la población, y sobre todo en Literatura, Arte, Historia, etc., equiparando el poder del rey, siendo el del rey en aquella época, un poder absoluto de origen divino.

9. La Inquisición contra las mujeres

Las mujeres cristianas nuevas están entre las principales victimas del Santo Oficio. Una de las razones de la desconfianza de los inquisidores contra las mujeres residía en el hecho de que ellas eran consideradas uno de los principales focos transmisores de herejía, ya que en el criptojudaísmo eran las mujeres quienes detentaban el conocimiento de las prácticas religiosas.
Al trasferirse esta idea al Nuevo Mundo, la Inquisición continúo la búsqueda de cristianas nuevas. Fue en el noroeste del Brasil, con la Visitación de 1591-1595, donde el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Portugal inició su intervención efectiva en ese país. Doscientas viente personas fueron apresadas y procesadas, treinta y seis de ellas mujeres. De estas, diecisiete eran cristianas nuevas.
Desde el inicio de la acción inquisitorial, las cristianas nuevas fueron las más controladas y perseguidas: en total representaron cerca de la mitad de las presas. Las acusadas de Judaísmo fueron las únicas enviadas a juicios en Lisboa y las que sufrieron las condenas más severas. Las cristianas viejas, mamelucas y negras, fueron juzgadas en la colonia y sentenciadas a penas leves por el Visitador Heitor Furtado de Mendoza.
En el siglo XVII solamente cristianas nuevas fueron arrestadas. Todas ellas acusadas de Judaísmo y procesadas en Lisboa.
Al inicio del siglo XVIII, cerca del 27% de la población era cristiana nueva. La suerte estaba echada: las mujeres que fueron apresadas en la ciudad sabían que eran cristianas nuevas; cuando comenzaron los arrestos, su destino ya estaba marcado, también serían capturadas. Durante este siglo el interés de los inquisidores por las cristianas nuevas se intensificó: de las doscientas veinticinco mujeres presas, doscientas cinco eran cristianas nuevas (91% del total).
Estos datos están tomados de las colonias de Brasil, donde podemos ver que las mujeres que levantaban grandes sospechas eran las cristianas nuevas. Por otro lado, en la península la mayoría de las mujeres eran acusadas de brujería y de hechiceras y, por tanto, su destino era la hoguera; aunque también eran perseguidas aquellas que tenían actitudes poco religiosas o podían ser sospechosas de tener un amante.

Bibliografía
J. Antonio Escudero, Intolerancia e Inquisición. Madrid, 2005.
Muñoz Calvo, S. Inquisición y Ciencia en la España moderna, págs. 213-214.